En los estudios sobre la evolución de la conducta
humana estamos acostumbrados a que se hable siempre de las capacidades
cognitivas humanas que la evolución nos ha dado como la principal causa de su
producción. Naturalmente me refiero a las capacidades cognitivas racionales,
como composición principal de la “inteligencia humana” que ha trasformado nuestra
cultura y forma de vivir. Sin embargo, hay que admitir que cualquier
acción individual o social
siempre incluye un componente emocional, siendo prácticamente imposible comprender la naturaleza
neurológica humana sin un acercamiento adecuado a estos dos procesos cognitivos
(Ardila y Ostrosky-Solís 2008; Damasio,
2010). Las emociones facilitaron, con su básica producción innata y su
posterior desarrollo cognitivo-conductual, la evolución del comportamiento
social dentro de las poblaciones humanas (Turner, 2000), y éste del desarrollo cognitivo (Coward y Gamble, 2008; Rivera, 2009). En el
estudio de las emociones tenemos que existe una estrecha relación entre su producción
con las neuronas espejo y la empatía. Analizaré brevemente estos
dos últimos aspectos relacionados con la conducta.
Neuronas espejo
Evidentemente,
las emociones tienen una base neurológica de carácter evolutivo que hace
posible su actuación. En este contexto, en estos últimos años se han descrito
un tipo de neuronas que pueden, en parte, tener una relación muy importante con
las emociones y la conducta humana, se trata de las neuronas espejo. Su
definición nos aclara su utilidad:
Se
denominan neuronas espejo a una cierta clase de neuronas que se activan cuando
un animal o persona desarrolla la misma actividad que está observando ejecutar
por otro individuo, especialmente un congénere.
- Histología y anatomía neuronal. Lo
primero que hay que resaltar es que aunque parece que se refiere a un tipo
específico de neuronas, no es cierto. Se trata de neuronas del sistema
piramidal, llamadas así por su forma de pirámide y por que estarían
relacionadas con el movimiento en general (como todas las neuronas
piramidales). Su particularidad neurofisiológica es que se disparan con el
movimiento, propio y ajeno, siendo distintas a las otras neuronas
piramidales por su función, no por su histología. Además, se activan
con movimientos determinados y pueden ser selectivas (Martín-Loeches, 2008). Es
decir, se trataría de una red neuronal (neuronas, axones, dendritas, conexiones
neurológicas, etc.), conectada a otras de las que recibe cierta información
(elaborada o no), provocando una reacción determinada, o la adquisición
conceptual (total o parcial) de un acto externo.
- Localización anatómica. Los
resultados de los estudios por imágenes del cerebro han demostrado que la
circunvolución frontal inferior (parte del área 44 de Brodmann, o área de
Broca) y la corteza parietal inferior (área 6 de Brodmann) del cerebro humano
se activan cuando la persona realiza una acción y también cuando la persona
observa a otro individuo realizar esa misma acción. Por lo tanto, es probable
que estas regiones contengan neuronas con estas características, por lo que han
sido definidas como el
sistema de neuronas espejo humano. Como era de
esperar las neuronas espejo no son exclusivas de nuestro género,
sino que también están presentes en primates no humanos, aunque en diferente
cantidad y ubicación.
- Fisiología funcional. Se
activan con la observación de la actividad que realiza un congénere, por lo que
tienen un trasfondo social básico, relacionándolas con la interacción
social, pues incita a una conducta determinada (imitación)
(Martín-Loeches, 2008). Por tanto, parece que tienen la capacidad de
proporcionar un mecanismo para comprender la acción, aprender por imitación, y
la simulación imitativa del comportamiento de los demás. Este aspecto es
fundamental en el desarrollo cultural de los primates, aunque menor entre las
comunidades humanas en las que el aprendizaje es más directo e intencionado. Es
una forma de cognición social (Moya-Albiol, et al. 2010).
- Relación
con el origen del lenguaje humano. Ya vimos como estas neuronas
en los seres humanos se encuentran en la corteza frontal inferior, cerca del
área de Broca, una región tradicionalmente relacionada con la producción del
lenguaje, pero que también controla los movimientos orales y de la mano en sus
más complejas manifestaciones. Esto parece indicar que el lenguaje humano
evolucionó a partir de un sistema de comprensión y realización de gestos
implementados en las neuronas espejo. Sin embargo, como en muchas teorías de la
evolución del lenguaje, existen pocas evidencias directas, lo que nos obliga a
continuar estudiando su funcionalidad por todos los medios disponibles.
Sin
embargo, parece ser un sistema importante para el lenguaje, pero no más que
otros muchos sistemas neuronales relacionados con él. El lenguaje humano está
constantemente activando aquellas partes del cerebro que representan la
realidad descrita por aquél, así muchas palabras o frases (relacionadas con
acciones) activan zonas motoras y relacionadas con la acción. Este no es lenguaje,
es nuestro sistema de comprensión del mundo, activado por el lenguaje
(Martín-Loeches, 2008).
Empatía
Las
neuronas espejo refuerzan la compresión de la existencia de los demás como
semejantes a nosotros (imitamos su conducta, lo que hacen los demás nos
interesa). En la comprensión de las acciones e intenciones de los demás, relacionándose
con el propio concepto de la teoría de la mente (Martín-Loeches,
2008). Aumenta la empatía emocional y racional. La empatía es un
proceso cognitivo fundamental en las relaciones humanas.
Podemos
definir la empatía como la percepción en
un contexto común lo que un individuo diferente puede sentir. Se deduce que
sólo puede darse dentro de un trasfondo social. Presenta tres aspectos diferentes (Moya-Albiol, et al 2010):
- Conocer
los sentimientos de otra persona, por lo que estaría muy relacionado con la
Teoría de la Mente (Componente cognitivo).
- Sentir
lo que está sintiendo, de forma similar o igual a lo que el sujeto puede sentir
en la misma situación (Componente emocional).
-
Responder compasivamente a los problemas que le aquejan (Comportamiento
social).
La empatía parece que tiene un protagonismo
social muy importante, lo que favorecería el desarrollo de las relaciones
sociales y de la conciencia social y personal. Según este modelo de
percepción-acción, la observación o imaginación de otra persona en un estado
emocional particular activa de manera automática una representación de ese
estado en el observador, con las respuestas fisiológicas asociadas. Al ser
automático, se trataría de un proceso que no requiere conciencia ni esfuerzo de
procesamiento, pero que no puede inhibirse ni controlarse. Se trata de una
compleja forma de inferencia psicológica en la que la observación, la memoria,
el conocimiento y el razonamiento se combinan para poder comprender los
pensamientos y sentimientos de los demás. El
movimiento que conduce de la empatía al acto, discurre a través de las neuronas
espejo, empleando exactamente los mismos circuitos cerebrales que se ponen en
marcha durante nuestra propia experiencia.
Existen
teorías que explican el desarrollo del cerebro social en las especies de
mamíferos que vivían en grupos sobre la base del desarrollo o adquisición de
conductas muy relacionadas con la empatía. En estas sociedades los individuos notan
y se afligen ante el dolor de un congénere, actuando de forma que se acabe el
objeto que provoca dicho dolor, incluso aunque suponga un peligro para ellos
mismos (Preston y de Waals, 2002).
La empatía estaría muy
relacionada con diversas estructuras cerebrales donde existen neuronas espejo (corteza prefrontal y
temporal) y sin ellas (amígdala, y diversas estructuras del Sistema Límbico). Por
tanto, su actuación en esta forma de relación social debe considerarse como
coadyuvante en la conducta que se produce, no como su elemento primordial. Según
diversos autores es fundamental para el desarrollo de las conductas
éticas o morales (Hoffman, 1992). Las conductas éticas o morales, serían una consecuencia
de la racionalización de las emociones, estando promovida por altos grados de empatía, así como del desarrollo de la
autoconciencia.
Conducta humana
La conducta
humana es la resultante de múltiples procesos cognitivos, unos de carácter innato
y otros dependientes de la influencia del medio ambiente. Sin duda la empatía,
relacionada con las neuronas espejo, en uno de sus principales mecanismos de las
relaciones sociales. Su unión con la producción de las emociones es la
causa de la evolución conductual humana, pues son un componente muy importante de
la motivación,
que en definitiva sería el verdadero motor del desarrollo cultural y
tecnológico de nuestras sociedades.
Las emociones,
relacionadas con las neuronas espejo y la empatía, condicionan en alto grado el
desarrollo de la motivación, y ésta es el principal impulsor de la conducta
(Flórez, 1996). Se puede considerar como el conocimiento (por vía sensitiva y/o
racional) de la existencia de hechos que estimulen
la necesidad o el interés (componente afectivo, fundamental en la conducta
humana) de elaborar mejores y más complejas conductas de todo tipo
(tecnológicas, sociales y simbólicas) para alcanzar una solución (meta). La
forma en que nos sentimos emocionalmente
en una situación determinada consiste en uno de los elementos importantes de la
motivación.
Los avances tecnológicos, sociales y simbólicos son respuestas a las emociones
que han motivado conductas encaminadas a su resolución.
Conclusiones
La
conducta humana es un complejo proceso donde se juntan diversos mecanismos
neurológicos (p. e. neuronas espejos, córtex cerebral), psicológicos (empatía,
motivación y emociones) y sociales (relaciones entre miembros de un grupo y de
éstos con otros grupos). La sociabilidad y este desarrollo neurológico y cognitivo tan
específico (teoría de la mente), junto con el aumento evolutivo de las demás
capacidades cognitivas (abstracción, simbolización, funciones ejecutivas,
memoria, etc.) y el propio desarrollo sociocultural de las poblaciones humanas,
creo que son los verdaderos artífices del origen y desarrollo de la cultura
humana, donde el lenguaje juega un papel predominante, pues sin
él no hubiera podido ser realidad la conducta que hoy día poseemos los seres
humanos.
* Ardila,
A.; Ostrosky-Solís, F. (2008): “Desarrollo Histórico de las Funciones
Ejecutivas”. Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias,
8 (1), pp. 1-21.
* Coward, F. y Gamble, C.
(2008): “Big brains, small worlds: material culture and the evolution of the
mind”. Phil. Trans. R. Soc. B 363, pp. 1969-1979.
* Damasio,
A. (2010): Y el cerebro creó al hombre.
Barcelona. Destino.
* Hoffman,
M. L. (1992): “La contribución de la empatía a la justicia y al juicio moral”.
En Eisenberg, N y J. Strayer (ed.). La
empatía y su desarrollo. Bilbao:
Desclée de Brouwer, pp.151-172
*
Martín-Loeches, M. (2008): La mente del “Homo sapiens” El cerebro y la
evolución humana. Madrid. Aguilar.
*
Moya-Albiol, L.; Herrero, N.; Bernal, M. C. (2010): “Bases neuronales de la
empatía”. Rev Neurol; 50: 89-100.
* Preston, S. D. y de Waals, F. B. (2002): “Empathy:
Its ultimate and proximate bases”. Behavioral and Brain Sciences, 25: 1–72.
* Rivera, A. (2009): Arqueología del lenguaje. La conducta simbólica en el Paleolítico. Akal Madrid.
* Turner, J. H. (2000): On the origins of human emotions: a
sociological inquiry into the evolution of human affect. Stanford, CA:
Stanford University Press.
Estoy preparando una charla sobre la escucha empática y su artúculo me sirve muchísimo! Gracias!
ResponderEliminarGracias por este completo y pedagógico artículo sobre la neurona espejo. Por otro lado me gustaría plantear la cuestión sobre la utilidad de las neuronas espejo y el uso de la capacidad empática por parte de los terapeutas, para poder conseguir llegar a conocimientos más profundos de los estados anímicos, colaborando como otra herramienta más en la resolución de ciertas problemáticas o carencias psíquicas. Un afectuoso saludo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que la empatía en fundamental en las relaciones entre terapeuta y enfermo. Muchas veces la buena relación bilateral depende de la empatía que tengan ambos lados del proceso. Es un tema que bien merece estudiarse.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Ángel Rivera
Me ha impresionado el nombre ¿tiene algo que ver con Ángel Rivier? quien trabajó con el autismo, el mejor sin duda y fui alumna suya. Me ha impresionado la amplitud de su conocimiento y ya con mi deseo de pasar por la Humanización desde la separación de los animales como dijo Aristóteles y recogido por el gran filósofo Emilio Lledó; desde donde quiero partir en humanización-comunicación-empatía, siendo yo Dra. en Psicología Clínica con tesis Doña Juana; desde Toledo a Tordesillas con el Director de Tesis los 10 primeros años con el al antiguo Rector de la Complutense. Queriendo, ante una petición de Clase Magistral en la Escuela Madrileña de Salud “la humanización en la atención de la Salud” preparando la empatía en estos días, le preguntaría si aportara en materia de empatía.
ResponderEliminarTengo que retrasar seguramente la clase, tuve luxación de hombro y con uso de muletas alarga todo. Ahora preparando la clase magistral y al verle con tanta amplitud de conocimiento he pensado decirle lo poco que hacer pues será más para otro momento, pues aunque voluntaria querría quedarme dentro y poner mi granito de arena para formar a salud.
Si algo se le ocurre, yo quiero hacer 3 puntos en la Consejería de Salud: 1º.- Humanización 2º.- Comunicación con sus defensas psicológicas (quizá con roll-playing si pudiera y no se asustaran o teorizarlo)3º.- Empatía: sus definiciones y sus posibilidades.
Me parece tan importante sanear la salud que por eso me he atrevido a ponerme en contacto con usted teniendo 68 años y con deseos de aprendizaje constante siempre.
Un saludo afectuoso aunque parezcaa osada, Maruxa Dra. Psicología Clínica Nº de Colegiada M-1407
maruxita@telefonica.net Le pongo en favoritos. Yo miraré por ambos sitos
Realmente el tema de la humanización en la atención de la salud es complejo y con muchos factores, pues hay que tener en cuenta los medios con los que se cuenta, los problemas laborales y técnicos de los profesionales y las demandas asistenciales de los enfermos. Sin un adecuado equilibrio de estros tres factores la humanización solo puede realizarse mediante el sacrificio de unos y la exigencias de otros.
EliminarSin embargo, y a pesar de ciertos desequilibrios en la sanidad publica, la relación entre los pacientes y los terapeutas (médicos, enfermeros, psicólogos, fisioterapeutas, etc.) debe de regirse con el desarrollo de una alta dosis de empatía, un mucho de educación y sobretodo mucha paciencia.
La empatía no debe de ser una simple compasión, hay que desarrollar más su faceta de compresión de los problemas, con el fin de intentar solucionarlos.
Sin duda, la empatía es uno de los principales factores en toda relación enfermo/terapeuta, pero no la única, pues habría que sumar las mencionadas anteriormente (medios, problemas laborables y exigencias de los enfermos), de un equilibrio adecuado dependería una correcta humanización de la sanidad.
Saludos
Ángel
https://www.psyciencia.com/neuronas-espejo-evidencia-pobre/
ResponderEliminar