domingo, 7 de febrero de 2016

Lenguaje interno. Lev Vygotski

El pensamiento es la actividad cerebral en el plano psicológico, siendo el resultado de procesar la información que nos llega del exterior y el uso de la almacenada en la memoria (ya sea en forma de imágenes compuestas, experiencias sensoriales simples o elaboradas, y/o simbolizadas por el lenguaje), de forma que se puedan elaborar conductas adecuadas. Para tal fin el cerebro utiliza todas las capacidades cognitivas que posea (memoria, abstracción, simbolización, funciones ejecutivas, etc.). Un dato curioso, del que no siempre nos damos cuenta, es que cuando pensamos es como si nos estuviéramos hablando a nosotros mismos. Es decir, hemos desarrollado y/o aprendido un lenguaje de uso interno (cognitivo o mental). Este lenguaje es el mismo que usamos normalmente con las mismas directrices léxico / gramaticales, aunque con pequeñas variaciones.

Lenguaje interno

Los humanos se hablan a sí mismos, reflejan sobre sí mismas los patrones comunicativos iguales a los usados con otras personas. Se emplean palabras, frases que han dejado de ser externos, siendo solo accesibles al oído mental de las personas que los producen. Utilizan el lenguaje para pensarSin embargo, los estudios sobre este lenguaje interno no han sido muy abundantes ni profundos por dos razones principales:

- Su investigación parte de paradigmas teóricos que se iniciaron sobre todo en la escuela de Moscú durante el principio del siglo XX, lo que no ha facilitado su difusión en la psicolingüística de Occidente.
- La gran dificultad que su estudio conlleva, pues se presentan graves problemas metodológicos de compleja solución, sobre todo habiendo otras corrientes en occidente sobre los problemas del lenguaje y la cognición humana.

Lev Vygotski
Sin duda, el principal promotor de esta línea de estudios psicológicos ha sido Lev Vygotski, aunque murió en 1934 con solo 38 años, desarrolló una amplia teoría sobre el desarrollo de las capacidades superiores (cognitivas) humanas y su relación con el lenguaje. Vygotski, y con posteridad A. Luria (escuela de Moscú), descubrieron que el lenguaje adquiere ciertas funciones cognitivas al adquirir una función de regulación del pensamiento, que estaría sobrepuesta a la comunicativa y representacional.
Destacan la importancia del lenguaje en el proceso de formación de la acción voluntaria (autoconciencia o conciencia reflexiva), que se relaciona con el poder regulador del lenguaje, y que se adquiere progresivamente en los niños. Se inicia entre 2/2,5 años, adquiriendo más capacidad entre los 3/4 años. El monólogo infantil (el llamado habla egocéntrica, sería hablar mientras se hace una acción sobre hechos de la misma) acaba convirtiéndose en lenguaje interno (primero externo y luego interno) con gran importancia como instrumento del pensamiento y la acción voluntaria humanaSe produce un fenómeno de autocomunicación. Lo que se realiza con los demás se torna más amplio y exclusivo al realizarlo sobre nosotros mismos, sería la autoconciencia humana (por lo menos en un plano específico y propio de nuestra especie, la reflexividad que se aprecia en muchos verbos relacionados con la comunicación). Leo Vygotski definía la conciencia como un contacto social con uno mismo, y que la conciencia humana es de naturaleza semiótica (estudio de los signos como instrumentos de comunicación en sociedad).

A. Luria
Para Vygotski el habla egocéntrica de los niños es la diferenciación progresiva (organización progresiva) de una nueva función del lenguaje, basado en un sistema de signos social y comunicativo: pensamiento y lenguaje tienen raíces genéricas diferentes, pero luego (tiempo y uso) se sintetizan dialécticamente en el desarrollo. El pensamiento se convierte en lenguaje, y el lenguaje en pensamiento con transformaciones estructurales y funcionales en ambas funciones. Al hablarse a sí mismo se convierte en una conciencia reflexiva (acción realizada y recibida por el sujeto). Adquieren recursos metacognitivos (de control y regulación de los propios procesos cognitivos), lo que facilita el control intencionado y la planificación propositiva de la conducta humana. Los animales tienen conciencia de lo que les pasa, los humanos además pueden conocer lo que les pasa a otros (lenguaje externo: comunicación y conducta), y a ellos mismos (lenguaje interno: pensamiento y conducta reflexiva).

Sobre el desarrollo teórico de su origen, estructuración y funciones solo tenemos los estudios de Vygotski, seguidas después por Luria y Yudovich (1978). Aunque, actualmente en el plano psicofisiológico se ha visto que el uso del lenguaje interno se acompaña de cambios en registros electromiográficos de baja amplitud en los órganos de fonación (Andrés Puello, 1987). Tales registros covarían en actividades del pensamiento verbal como la dificultad de los problemas, su dominio por los sujetos y su naturaleza más o menos lingüística. Estos datos podrían representar los restos conductuales del paso de un lenguaje externo (habla egocéntrica) al lenguaje interno. Se admite ampliamente su papel funcional en el pensamiento, pero dista mucho de conocer sus características. El desarrollo cognitivo humano tiene un origen esencialmente humano. Todo se inicia con la incorporación interior de un proceso externo: los signos (gestos, sonidos, palabras, etc.). Estos signos (culturales) se convierten en instrumentos principales del pensamiento y de la conciencie reflexiva (contacto social con uno mismo). Para Vygotski las funciones cognitivas superiores (atención voluntaria, memoria lógica, conceptos, etc.) se dan primero en las relaciones entre personas, y luego dentro del propio niño. Por tanto, el desarrollo de las funciones cognitivas superiores incluye una dimensión histórico-cultural (no solo biológica de dentro a fuera) y se produce de fuera (sociedad) a dentro (nuestra mente). Se pueden destacar unos puntos esenciales en su trabajo:

- La actividad instrumental (la acción o conducta para cambiar el medio mediante instrumentos culturales de todo tipo) es la unidad básica de las funciones cognitivas humanas.
- La transformación de lo instrumental (acción) en significativo (signo: p.e. palabras) está medida y permitida por la relación con los demás. Sin la presencia de otros, la actividad instrumental no podría convertirse en signo.
- La conversión de la actividad en signo implica su condensación (simplificación o eliminación de palabras para describirlo
- Los signos son, en su origen, mediaciones para regular la conducta de los otros.
- El desarrollo de las funciones superiores incluye la internalización de los procesos de relación social.
- La cultura proporciona las herramientas simbólicas necesarias para la construcción de la conciencia y las funciones cognitivas (fundamentalmente, los símbolos lingüísticos).
- El individuo, como organización consciente de procesos y funciones internas con signos (que posibilitan la actividad voluntaria y el control autorregulatorio) es un proceso de relación social.
- El desarrollo no consiste en la progresiva socialización de un individuo en solitario, sino en la individualización de un organismo básicamente social desde el principio.

Características del habla interno

El pensamiento se transforma al hacerse lingüístico, pues sufre transformaciones ontogenéticas al crease una dirección categorial. Al verse constreñido por la temporalidad del lenguaje, se hace secuencial sometiéndose a un esfuerzo de categorización y definición explícita de los objetos sobre los que versa, es decir, se somete a las reglas del lenguaje. Sin embargo se producen algunos cambios en la estructura externa del lenguaje al interiorizarse:

- En el plano lógico se hace cada vez más predicativo. Los sujetos se suprimen y se conservan solo los predicados.
- En el fonológico se produce cierta abreviación y suspensión de fonemas.
- En el plano léxico se suprimen palabras y se dan fenómenos de aglutinación de palabras.
- En el aspecto semántico predominan los sentidos idiopáticos o particulares de cada sujeto. También se conoce cierta tendencia a aglutinar y combinar sentidos.
- Los aspectos sintácticos parecen estas más desorganizados.

Organización del pensamiento

A lo largo del desarrollo el lenguaje adquiere dos funciones importantísimas: ser instrumento del pensamiento y facilitar un control metacognitivo (López Ornat, 1991):

- Proporciona un mecanismo de retroalimentación para el sistema cognitivo, pues mantiene la vigencia de una representación (abstracciones simbolizadas en palabras), a medida que ésta es procesada.
- Control atencional de la actividad, mientras pensamos tenemos nuestra atención fijada en el tema.
- Permite alcanzar niveles de planificación y anticipación que no son posibles sin el lenguaje.
- Ofrece un recurso representacional muy eficiente en actividades de solución de problemas (fija verbalmente tareas, realiza operaciones lógicas sobre ellas, retiene resultados intermedios entre operaciones, formular mentalmente resultados). 

Conclusiones

Al hablar, nos comunicamos con otros y con nosotros mismos, empleamos un instrumento muy poderoso para representar realidades, hipótesis y fantasías. Nos servimos de la herramienta más útil para acceder a los mundos internos de los que nos rodean y a nuestro propio mundo interno. Convertimos, en una palabra, representaciones implícitas del mundo de los signos (abstracción y simbolización), y así en estructuras complejas de conciencia intencional.

Efectivamente, el lenguaje interno es responsable de las funciones mentales superiores, pues transforma la percepción del sujeto, transforma su memoria, y permite la planificación y regulación de la acción, haciendo posible la actividad voluntaria. Nuestro pensamiento está ahora plenamente verbalizado, siendo más fácil pensar, relacionar y expresar todo tipo de situaciones y hechos, con mucha mayor rapidez y claridad. Aparece como una nueva función cognitiva, que facilita el control y regulación de los propios procesos cognitivos, con lo que nuestras acciones, consecutivas a nuestro pensamiento, estarán mejor guiadas y estructuradas (Damasio, 2010; Luria, 1979, Mercier, 2001; Vygotsky, 1964). A través del lenguaje se aprende rápidamente el desplazamiento cognitivo (en el tiempo y en el espacio), así como el desarrollo de la abstracción y del simbolismo, pues con él se produce la transmisión de pensamientos abstractos simbolizados por los mecanismos sonoros o los gestos del lenguaje oral o de gestos.

Todo estos procesos cognitivos son de gran trascendencia para la realización y explicación de nuestra conducta, pero quedaría por resolver cual puede ser su origen evolutivo. En este asunto, las teorías psicológicas difieren ampliamente, pues la Psicología evolutiva apuesta por mecanismos más genéticos que ambientales, por lo que no estaría en consonancia con las ideas de Vygotski, que aboga por mecanismos sociales como germen del inicio de todos estos procesos. Los estudios interdisciplinarios no fueron desarrollados con estos problemas en el siglo pasado, por lo que cada teoría psicológica solo contaba con los criterios metodológicos de sus creadores, con independencia de lo que otras ciencias pudieran aportan a la compresión del problema. En este complejo contexto interdisciplinario, las ideas de Vygotski se acoplan perfectamente en el modelo interdisciplinario del Estructuralismo funcional que he desarrollado, pues explica la conducta humana bajo la íntima relación de sus tres procesos claves: pensamiento, lenguaje y conducta.



- Andrés Puello, A. (1987): Lenguaje interno o habla subvocal. Barcelona. P.P.U.
- Belinchón, M.; Igoa, J. M. y Riviere, A. (1992): Psicología del lenguaje. Investigación y teoría. Trotta. Madrid.
- Damasio, A. (2010): Y el cerebro creó al hombre. Barcelona. Destino.
- López Ornat, S. (1991): "El lenguaje en la mente", en Martín Serrano, M y Siguán Solers, M. (1991): Comunicación y lenguaje, Alhambra, Madrid, 443-462.
- Luria, A. R. (1979): Conciencia y lenguaje. Madrid. Pablo del Río.
- Luria, A. y Yudovich, L. (1978): Lenguaje y desarrollo intelectual del niño. Madrid. Pablo del Rio.
- Mercier, N. (2001): Palabras y mentes. Barcelona. Paidós.
- Vygotski, L (1964): Pensamiento y lenguaje. Teoría del desarrollo cultural de las funciones psíquicas. Buenos Aires, La Pléyade (ed. O., 1934).